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El Convento de San José, en Brihuega, es un edificio que ha sido testigo de la evolución de la villa a lo largo de los siglos. Su fundación, alrededor de 1619 por Juan de Molina, marcó el inicio de una larga trayectoria que lo ha llevado a desempeñar roles muy diversos. Originalmente concebido como un convento franciscano, el edificio ha funcionado también como hospital, prisión, centro educativo y taller, adaptándose a las necesidades de la comunidad en cada época.
En la actualidad, el Convento de San José ha encontrado una nueva vida como espacio cultural. Alberga la Sala Municipal de Exposiciones, donde se realizan muestras de arte y cultura, y el singular Museo Mundial de Miniaturas del Profesor Max, que atrae a visitantes de todas partes. Además, se están llevando a cabo trabajos de rehabilitación sostenible para convertirlo en el Museo de la Lavanda y el Perfume, un homenaje a uno de los símbolos de Brihuega. Su valor arquitectónico, que refleja las diferentes etapas de su historia, y su cercanía a otros monumentos importantes, lo convierten en un punto de referencia esencial para comprender el patrimonio de Brihuega.